martes, 2 de diciembre de 2014

El fantasma de la ópera en versión hot


Desde que era pequeña, la historia de El fantasma de la ópera me ha perseguido y fascinado. Recuerdo que mi primer encuentro fue en la forma de una miniserie, protagonizada por el majestuoso actor británico Charles Dance, el mejor Eric que he conocido nunca. El único que ha llegado a rivalizar con él es Gerard Butler en el magnífico musical que por fin se decidieron a filmar para el cine.


Siempre he albergado la convicción de que Christine debía haber elegido al fantasma por encima del soso y ricachón Raoul. Creo que ya poseía yo una vena oscura desde bien temprano. Tengo debilidad por los héroes malditos que vagan por la ambigua línea entre torturado y torturador. De modo que me lié a gritar de emoción cuando descubrí esta versión romantizada de mi espectral héroe parisino.
Por encima de todo, la narración es elegante, cuidada y rica en detalles sobre la Ópera de París, además de las costumbres de las chicas y sus ricos protectores.

Frío, intenso y dominante, Eric es el dueño absoluto del edificio de la Ópera. Surca sus alturas con fantasmal precisión, domina los espíritus supersticiosos de los artistas mientras se convierte en el maestro de canto de Christine y moldea su triunfo al tiempo que seduce sus sentidos, sin mostrarla jamás su desfigurado rostro.

Presenta a Christine como una muchacha sencilla, sin malicia. Aunque conocedora de las relaciones íntimas entre hombres y mujeres, dada su tutela bajo el ojo estricto y mundano de Madame Giry, la directora del coro y el cuerpo de baile. De orígenes humildes, siente el fuerte peso de la soledad, por lo que responde favorablemente a los entusiastas ruegos de Raoul, vizconde de Chagny, por reiniciar el contacto tras muchos años del primero, durante un verano que le dejó dulces recuerdos. Aunque no perturba sus sentidos como cierta sombra de la Ópera, representa la seguridad, un futuro.

Sólo puedo remarcar sobre esta novela que esencialmente erotiza la poderosa figura del monstruo enamorado creado por Gaston Leroux. Lo eleva al amor más apasionado y luego se pierde en múltiples escenas de lujuria desatada. A pesar del exceso, la autora sabe derrochar sensualidad hasta dejar al lector ebrio.

En el largo y ardiente repertorio de escenas íntimas, he de destacar la variedad que la autora ha logrado plasmar. No resulta nada aburrido, salvo en la última parte porque se vuelve loca y pone a la pobre heroína en manos del malo y ahí arde Troya. En la parte positiva, escenifica escarceos donde el dominio es ejercido por Eric, pero también otorga poder a las mujeres de armas tomar, como Madame Giry o la cantante-diva Carlotta, a la que le gusta restringir la libertad de sus amantes hasta el último momento.

No penséis que tan sólo se dedica a los placeres carnales, pues aun cuando su presencia es desbordante, también presta una potente atención a la ciudad de París, a las convenciones sociales de la época, a los enemigos que pronto conspirarán contra los amantes. Sobre todo, destaca la belleza y la euforia de la música, la plenitud orgullosa que despierta en Christine haber alcanzado el sueño de convertirse en una celebridad de la ópera.

He disfrutado mucho rememorando los pasos de la trama original. La furia de una vida de abusos y humillaciones de Eric, su control mafioso del teatro y sus entrañas subterráneas, las murmuraciones sobre él entre artistas y nobles, los malvados planes de los hermanos Chagny, la tragedia que se avecina sobre la legendaria Ópera de París, son todos elementos dramáticos que nunca me cansan.

En cuanto a la relación entre Eric y Christine, aquí se refleja con sumo detalle. Es un cúmulo de pasiones desenfrenadas, de traiciones que convierten el ilícito idilio de los enamorados en una batalla de rechazo y tentación. Lo único que me ha molestado es que en cuanto Christine se siente sola, se deja consolar enseguida por el socorrido Raoul. Aparte de que hay ciertos encuentros que sobran porque la autora ha recurrido a recrear parejas indeseables y repetitivas.


DESENMASCARADO
COLETTE GALE
Tapa flexible con solapas
348 págs.
Romance erótico
2009
Título original:
Unmasqued
2007
Relación calidad/precio:
15 pellizcos, muy válido



En resumidas cuentas, es la historia de tres hombres obsesionados por una mujer, por quien cometerán mil perrerías con tal de poseerla, en el marco envidiable de París en el siglo XIX. Llena de celos, obsesiones, venganzas largamente forjadas y amores despechados, es sólo apta para los que no se arredran ante narraciones explícitas y los que buscan una vuelta de tuerca a los clásicos. O sea yo, jajaja. 

Babel entre bambalinas.

3 comentarios:

Arila dijo...

Pues si soy totalmente sincera ni siquiera conozco bien la trama del fantasma de la opera, así que supongo que tendré que empezar por el original. Un beso!

Aglaia Callia dijo...

Confieso que esto es algo que no esperaba ver y no puedo decir que me alegre mucho XD No sé, es un poco raro porque se trata de una historia que me fascina y estas adaptaciones me ponen un poco nerviosa.

Un besazo.

Margari dijo...

La historia original me encanta, pero con este libro no creo que me anime, sinceramente.
Besotes!!!