A lo largo de mi vida, me he movido entre géneros diferentes, pero siempre hay algunos temas recurrentes a los que, como lectora, no puedo evitar regresar. De alguna forma instintiva, recuerdo de mis genes sin civilizar, siempre vuelvo al terror. Algo debe de tener para ejercer tanta influencia sobre tanta gente.
He leído obras de John Harris, Stephen King, Dean R. Koontz... desde pequeña hasta adulta, pero nadie, nunca, ha logrado estremecerme de verdad con sus historias de terror. Con una excepción.
Descubrí a este autor en una tienda con libros de saldo. Me fijé en un tomo gordísimo, un omnibus, que incluía dos historias de un tal Graham Masterton. Costaba dos libras esterlinas. Lo compré sin dudarlo. No sabía yo lo que me esperaba entre las tapas blandas de un libro de bolsillo cualquiera.
No sólo es capaz de idear historias originales al máximo, o describirlas con un realismo quirúrgico, sino que el horror de cada minuciosa escena se queda impregnado en tu piel para el resto de tu vida. Sólo con sus libros he sentido verdadero asco. Y no sólo por la sangre o la brutalidad. No. Esa sensación de repulsa que comienza lentamente y se va agarrando a tus tripas hasta que llega un momento en que tu mente no puede soportar un instante más estar en contacto con esas palabras, esa situación, ese mundo retorcido que se ha comido toda razón y esperanza. Sí, esa clase de asco que te hace parar de leer. Asco psicológico.
Graham Masterton es un maestro del horror. ¿Os lo presento? Porque ha tenido la gentileza de compartir un artículo suyo con nosotros.
Believe or not, I have never thought of myself as a horror writer. Horror to me is just a category which book retailers put your books into because they happen to have violent or supernatural content, or both. I have never made any distinction between horror fiction and any other kind of fiction. Fiction should always challenge what you believe in, and make you think hard about what it is to be a human being.I started writing fiction at a very early age, inspired by Jules Verne and Edgar Allan Poe in particular. Some of the horror stories, though, made a lasting impression on my friends. Twenty-five years later, a schoolfriend told me that even though he was now a city manager, he still had nightmares about a man who no head who used to walk about the house singing Tiptoe Through The Tulips.What almost all of my stories shared, though, even at that age, was my feeling that fiction should take readers right to the very edge of human experience. Reality is strange, and exhilarating, and tragic. Sometimes reality is well beyond our understanding. But I always believed that fiction should take us even further, right to the very boundaries of our humanity.When you’re writing, take your characters by the hand so that you can physically feel them.And never be scared to say anything. Ever.Several times, I have purposely taken my work beyond the boundaries of accepted taste. I suppose it started with my novel Ritual, which was a jolly story about gourmet cannibals. A favourite device of mine is to make ancient and mythical threats re-appear in the modern-day world so that ordinary people like you and me have to find a way to deal with them. The reason why legendary beings can be so frightening is because they were devised in days when people had no understanding of disease, or natural disasters, and so they attributed them to demons and ghosts and vengeful gods. But again, I don’t consider this to be “horror” fiction. It’s just stories as stories have always been told. Stories to make you think who you are. Stories to help you to come to terms with your mortality. All of us who are alive at the moment are like a city, with its millions of lights sparkling in the night. One by one, though, the lights are extinguished, and then there is nothing but darkness. There lies the horror.
Traducción
Aunque parezca mentira, nunca me he considerado un
escritor de terror. EN mi opinión, es tan sólo una categoría que aplican los vendedores
de libros cuando el contenido incluye violencia o elementos sobrenaturales, o
ambos. Nunca he hecho distinciones entre la ficción de terror y otra clase de
ficción. Ésta siempre debería desafiar nuestras creencias y hacernos pensar a
fondo lo que significa ser humano.
Comencé a escribir ficción a una edad temprana, inspirado
por Julio Verne y Edgan Allan Poe. Algunas de mis historias dejaron una huella
indeleble en mis amigos. Uno de ellos, siendo ya un profesional veinticinco
años después, todavía tiene pesadillas sobre un hombre decapitado que se pasea
por la casa cantando una canción.
El punto en común de todas mis historias, no obstante,
incluso en los albores, era que debía conducir al lector hasta el borde de la
experiencia humana. La realidad es extraña, emocionante y trágica. A veces va
más allá de nuestra comprensión. Siempre he creído que la ficción debería
sobrepasar esos límites hasta la misma esencia de la humanidad.
Cuando se escribe, hay que tomar de la mano a los
personajes, sentirlos físicamente. Y nunca jamás tener miedo a decir nada. En varias ocasiones, he cruzado los límites
de lo comúnmente aceptado. Imagino que empezó con mi novela Ritual, sobre
caníbales sibaritas. Una de mis técnicas favoritas consiste en introducir amenazas
antiguas y míticas en pleno mundo moderno, de manera que la gente normal se vea
forzada a hallar una forma de enfrentarse a ellas. La razón por la que estos
seres legendarios son tan aterradores se debe a que fueron forjados en una
época en que no se comprendían la enfermedad o los desastres naturales y eran
atribuidos a demonios, fantasmas y dioses vengativos. En cualquier caso, son
sólo historias, pero no de terror, sino historias como siempre han sido
narradas. Historias que te hacen replantearte quién eres. Historias que te
ayudan a reconciliarte con tu mortalidad. Todos los vivos somos como una
ciudad, con sus millones de luces parpadeando en la noche. Una por una, las
luces se extinguen, y no hay nada más que oscuridad. Ahí yace el terror.
De sus historias, las primeras que leí y permanecen en mi memoria como un gran altar pagano, son Ritual y Walkers. En Rituals, un padre lucha desesperadamente por recuperar a su hijo de una secta que se complace en predicar el canibalismo religioso. En Walkers, una panda de psicópatas es capaz de atravesar suelos y paredes. La forma de matar es especialmente cruenta. No os imagináis qué lecturas tan impresionantes hacen estos dos libros.
Ahora me gustaría mucho saber si mis arrebatadores tienen un autor favorito de terror. ¿Me asustáis? ;o)
Babel escondida bajo la manta.
19 comentarios:
No lo conocía, así que gracias por la información. Aunque no creo que me atreva a leer ninguno de sus libros, que soy muy asustadiza xD
Un beso
No conocía a este autor, quizás porque el terror es un género que tengo bastante abandonado
besos
Hola preciosa!!!!
Walkers podría estar bien si no tuviera esa portada, ¡que horror! jajaja Aunque supongo que es lo que pretenden con ella, dar repelús XD Con tu permiso me la llevo para algún viernes de estos ;)
Un besote!! (me voy algo acojonada XD)
Hola preciosa!!!!
Walkers podría estar bien si no tuviera esa portada, ¡que horror! jajaja Aunque supongo que es lo que pretenden con ella, dar repelús XD Con tu permiso me la llevo para algún viernes de estos ;)
Un besote!! (me voy algo acojonada XD)
Pues te agradezco mucho el descubrimiento, ya que el terror es uno de mis géneros favoritos. De hecho tengo en el blog la iniciativa de Octubre: mes del terror. Tomo nota.
Tomo nota que creo que no lo conozco...a no ser'que tena algún libro de los que me compro de saldo y luego no me acuerdo xD
Mi favorito KIng pero...aún no me ha dado miedo.
Un beso!
No lo conozco, me lo apunto porque aún no he leído ningún libro que me haga parar de leer por "terror" psicológico.
Saludos.
No conocía a este autor, y eso que en mi juventud he leído bastante terror. Así que me lo anoto y buscaré algo de él. Espero que me fascine tanto como a ti.
Un saludo.
No conozco este autor, pero he qedado con ganas!
Mi favorito es Stephen King sin dudas, pero me apunto a este autor :)
besos
No conocía al autor, el terror no es uno de mis géneros favoritos y hasta ahora solo he leído clásicos o a King, pero a ver si me animo con este señor.
Besos.
No conocía al autor, así que me lo acabas de descubrir :D
Igual, como sé que vas visitando mi blog, te habrás dado cuenta que no suelo leer libros de terror. Hace tiempo sí leí bastante a Stephen King y me gusta mucho porque es original y sorprendente, pero tampoco puedo compararlo con otros autores, así que no podría llamarlo favorito.
No tengo apenas experiencia en el género :D
¡Besos!
Me ha llamado mucho la atención esta entrada porque yo me considero inmune al miedo narrativo. Ninguna película ni novela de terror ha logrado inquietarme desde que tenía diecipocos años, y ando loco por reencontrarme con esas experiencias de la infancia, con el horror y los escalofríos y las imágenes que perduran tras el visionado o la lectura. Quizá este autor lo consiga al fin.
Un besazo, B.
Una más que no conocía al autor. Y tomo buena nota.
Gracias y un saludo!
No conocía a este autor, así que me lo llevo bien apuntadito.
Besotes!!!
Yo me decanto por King, pero últimamente no leo tanto terror como antes la verdad. Me ha encantado la entrada guapa, aunque reconozco que no conocía al autor.
Un besote cielo!!!
No conocía al autor!!
Buscaré a ver si hay algo en castellano!
Me encanta el género, es de mis favoritos =)
Babosas, de Shaun Hutson
Vacas, de Matthew Stokoe
Fantasmas, de Koontz
La dama nº 13, de Somoza
Relatos que me asustaron, de Hitchcock
Besotes
Definitivamente lo voy a leer.
Siempre quiero leer libros de terror pero no se consiguen mucho por alguna extraña razón.
Así que espero leer tanto a Koontz como a Masterton.
Gracias por la recomendación.
Que andes bien
Vaya, pues creo que voy a tener que buscar cosas de este autor, porque lo pintas muy, muy bien, jeje.
Mi autor favorito, de terror y otros géneros, es sin duda Stephen King. Yo sí he llegado a pasar auténtico miedo con alguno de sus libros, pero es más el terror psicológico lo que me encanta de él.
¡Besines!
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