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jueves, 1 de diciembre de 2011

ARROPADA POR MADRE NOCHE


Estoy acostumbrada a que las novelas románticas creen relaciones entre hombres y mujeres con un estilo tórrido y apasionante. En esta novela, la historia de amor se produce entre mujeres. Es la primera vez que leo algo tan explícito referente a este tema.

Aviso: escenas de sexo explícito.
Por si queréis tenerlo en cuenta
a la hora de comprar el libro para alguien


Una vez superada la sorpresa, es fácil comprender el amor en dos historias que son descritas en todo momento, tanto a nivel emocional como físico, con una delicadeza poética.

MADRE NOCHE, de Rachel Pollack, comienza con un estilo abierto, cotidiano. Presenta a las dos protagonistas, ávidas de una vida que se abre ante ellas llena de incógnitas hasta el momento en que se conocen. Desde que se forja el vínculo entre ellas, bendecido por la ambigua y misteriosa figura a lo “alcahueta mística” de Madre Noche, su propia naturaleza estalla hasta transformarlas por completo.

Rachel Pollack relata los sentimientos más sutiles de las dos jóvenes, sus vivencias universitarias y románticas. Y lo hace con un estilo intimista, casi de ensoñación. En contraposición, al carecer de un objetivo claro (no parece haber una trama definida en la primera parte), consigue un efecto realista, aunque aleatorio.

Sin embargo, cuando creía saber qué derroteros tomaría la trama, PUM, un dramón tras otro. Serpentea por las posibilidades, cambiando de historia a lo largo de las cuatro partes en que se divide la línea de la vida de Laurie, Jaqe y Kate.

Pienso que el libro está muy bien escrito y denota gran introspección. No hay momento para el aburrimiento porque comienza como un catálogo de curiosidades, todas ellas de índole humano. En la primera parte, me encantó el capítulo en que una librería se convierte en protagonista. Ay, mi sueño ;o)

Hay también una anécdota sobre los cementerios y los muertos que me hizo mucha gracia. Sí, parece una contradicción, pero es cierto.

El dramón surge sin previo aviso y es duro. Y de repente, brota el surtidor de escenas paranormales que me han dejado con la boca abierta.

Me ha impactado el misterio tras Madre Noche y, especialmente, la parte final que bebe de las fuentes de un cuento de los hermanos Grimm. Me sacudió entera al reconocerlo. Ha sido maravilloso y muy satisfactorio leer su desarrollo novelado dentro del marco de estas protagonistas tan humanas.

Así como algunas partes son algo lentas y carentes de aparente sentido, otras atrapan la imaginación y la dejan encendida mucho después de cerrar sus páginas. A lo largo de toda la novela, prevalece el amor y la búsqueda de la identidad. Mucha carga fantástica se traduce en imágenes oníricas de sentimientos, temores que todos sufrimos a lo largo de las etapas de la vida y decisiones que marcan nuestro futuro. Creo que gran parte de la fantasía actúa de metáfora para las inseguridades existenciales y los ritos de paso de todo ser humano.

Es una historia desconcertante, aunque vale la pena leerla. Pletórica de poder emocional y metafórico, Madre Noche me ha dejado profundamente motivada.

No os la perdáis, por favor :o)


FRASES: ROMÁNTICA
Jaque deseó que Laurie y ella pudieran intercambiar sus corazones,
 de forma que cada uno de ellos latiera en el pecho de la otra:
la prueba de que nada podría separarlas jamás.


FRASES: DIVERTIDA
En el infierno –le dijo a Mark- sólo hay madres jóvenes. Cuando Dios o los turistas aparecen por allí, tiene que fingir que lo están pasando mal, pero el resto del tiempo lo pasan durmiendo, o sentadas sin hacer nada de provecho, hablando de la actualidad y bebiendo cocktails de cognac.



LA AUTORA. Tiene una colección de relatos, Burning Sky (1998) y una novela negra, A Secret Woman (2002), aparte de novelas anteriores y libros sobre otra temática, incluyendo un tarot de su propia creación. Esta mujer es profundamente espiritual. 


Madre Noche
Rachel Pollack
384 pgs.
Grupo Ajec, 2011
Colección Tangentes
Título original: Godmother Night
Publicada originalmente en 1996
Traductora: María Pilar San Román
Género romántico-paranormal
19 pellizcos






 amadrinada.

lunes, 14 de noviembre de 2011

LEYENDO Madre Noche y disfrutando

leyendomadrenoche

Intentaba engañarse a sí misma, con trucos como escribir todo lo que sucedía en sus sueños, creyendo que de manera inconsciente pillaría a alguien llamándola Helen, Sophie, Rachel o Gretel; pero nunca consiguió nada. Intentó estudiar listas que sacaba de libros como Vidas de grandes narradores o Cómo llamar a tu nuevo bebé. Pronunciaba lentamente y en voz alta cada uno de los nombres, esperando un súbito reconocimiento. O los leía muy deprisa, confiando en trabarse en alguno en concreto. Pero nada. Empezó a pensar que su verdadero nombre no existía, que Dios, o el ángel encargado de tales asuntos, se había olvidado de asignárselo.


MADRE NOCHE
Rachel Pollack
página 12 

La búsqueda del nombre o, lo que es lo mismo, de la propia identidad -creo que ésta será la batuta que marque la melodía de la novela.

¿Os apetece leerla? De momento, va muy bien ;o)



amadrinada.