Un libro regalado a una amiga para subirle el ánimo y demostrarle mi cariño. Esas fueron las razones para comprar este libro. Sabía que la haría reír. Y ella, después de carcajearse viva en el metro mientras iba a trabajar (colorada ante el público incrédulo), ha sido tan generosa como para prestármelo a su vez.
Mi opinión en breves lengüetazos, digo, retazos:
-.- Fase 1 -.- Vale, página 2 y ya me estoy riendo. Buena señal.
-.- Fase 2 -.- Un día a día estresante, salteado de alegría de vivir. He aprendido una nueva forma de hablarle a mi madre: Mamá, no me rayes! Página 16. Mojando pan en la salsa, cómo me recuerda a la madre de cierta amiga ;o) Página 29. Las risotadas se tornan histéricas. Menuda paliza les voy a dar a los vecinos. El momento “enganche” tipo perro es de lo más bochornoso de la novela XD.
-.- Fase 3 -.- Es como una película de Almodóvar. No me extraña que la portada del libro sea de color rojo chillón. ESTA NOVELA ESTÁ QUE ARDE.
El bueno, el malo y el inglés
Las ranas también se enamoran, de Megan Maxwell, es para disfrutar sin analizar.
Con un lenguaje informal y mucho desparpajo, M.M. monta la historia de Marta, una treintañera con una hija adolescente que le trae a mal traer y que trabaja en un taller de vestidos flamencos. Su jefa Lola y sus compis, Patricia y Adrian, protagonizan un sinfín de situaciones hilarantes y diálogos llenos de humor español. ¡Y cómo cambia su vida cuando conoce al que será el romance más hot, hot del momento! Este chico medio inglés le va a dar una vuelta de campana a la vida y la filosofía de nuestra Marta.
Sexo explícito,
romance a raudales,
relaciones humanas,
humor sin fin.
Me he reído sin pudor, me he sonrojado de pudor y he pasado página tras página con un ansia irreprimible por dejar a esta loca pareja en el pedestal que se merecían al final.
¿Algunas cortapisas? Hay un capítulo en el que se narra el pasado de Marta, algo que hubiera sido preferible omitir ya que luego se lo revela a otro personaje y se pierde el dramatismo de la sorpresa, intacto de haberse descubierto la noticia junto a ese personaje. Aparte de algunos tópicos, y unas cuantas faltas de ortografía, esta historia es tan chispeante y alegre que no la puedes apartar de tu mente ni unas horas entre la página 1 y la página oh-qué-pena-es-el-final.
Conclusión: ¡Yo también quiero una rana trajeada inglesa!
Si lo ves en una librería, brincará a tus manos, no lo dudes ;o).
LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN Megan Maxwell 384 páginas Género Chick-lit romantico Año 2011 |