Este libro es un desafío que me ha dejado agotada como si
hubiera sobrevivido a una jornada de inmenso esfuerzo. Mis arrebatadores, ¿habéis leído a este autor?
LOS HEREDEROS DE LA TIERRA, de Ildefonso Falcones, drena la
mente y el alma por la gran inversión que requiere de nuestra parte. Se sufre,
se maravilla, se aprende.
Casi 900 páginas que retratan la Barcelona de finales del
siglo XIV y principios del siglo XV a través de los ojos de Hugo, quien
comienza siendo un zagal al que le suceden tantos infortunios como eran
posibles en la época y más.
Sus experiencias construyen un mosaico de las profesiones y
actividades de la ciudad que incluyen las atarazanas donde se construían los
barcos, el hospital de los pobres donde los médicos acostumbraban a ejercer de
forma gratuita por ley y la judería con sus viñas, subastas de herencias y
medicina clandestina de mujeres.
Resulta frustrante pero absorbente el grado de injusticia al
que los poderosos, los crueles y los supersticiosos sometían a gentes que no
tenían más opciones que sufrir tremendos pesares o sobrevivir a ellos a base de ingenio
o alguna pizca de compasión ajena.
Con su volumen de páginas, densas de vicisitudes e
infortunios y hazañas, este tour-de-force histórico-social ha sido una lectura
extraordinaria porque, por un lado los acontecimientos verídicos moldean la
ciudad de Barcelona y el destino de Cataluña. Por otro lado, el sinfín de
incidencias que golpean al niño-adolescente Hugo y le ponen constantemente al
borde de la cárcel o la muerte. A medida que su vida transcurre, se acumulan
las tribulaciones que le acosan sin tregua y, al mismo tiempo, le encumbran hacia
pruebas de constancia y resistencia heroicas.
Con la sensibilidad angustiada, se asiste a las penurias que
atacan a Hugo y por ende a la ciudad. Pronto, de una pizca de bella esperanza
surge también uno de los instantes de mayor desgarro emocional para este
personaje, que no el único ni de lejos. Os juro que lloré a lágrima viva por el
palpable sentimiento de esta tragedia, singularizada en una persona pero que
refleja un funesto hecho histórico de la ciudad.
La narración es informativa, profundamente documentada y, sin
aspavientos, logra transmitir hondos pesares cuando suceden. Se aprende de todo
gracias a su factura colosal. Sobre viñas y elaboración de vinos, sobre leyes y
jurisdicciones, sobre barcos y gestas de los grandes y la población judía, la
esclavitud de tantas naciones, la pugna por la supremacía de la corona que
aunaba Aragón, Valencia y Mallorca así como el principado de Cataluña y su
astuta caída en testa castellana. Y más allá, se aprende que la felicidad dura
poco. Y cuesta mucho.
Transcurren décadas en la vida de Hugo quien porfía entre
miseria y progreso, mal de amores y sensualidad, enemigos acérrimos e
injusticias interminables a manos de nobles y religiosos y un pueblo veleidoso
que comete tantas tropelías como enarbola compasión poderosa.
Y en el fondo, la catedral del mar, testigo de piedra de
cuanto acontece a las almas que la construyeron y viven en torno a ella. Esta
obra es un dramón familiar épico que merece ser compartido.
LOS HEREDEROS DE LA TIERRA
ILDEFONSO FALCONES
Tapa dura con
sobrecubierta
892 págs.
Drama histórico
2016
Relación
calidad/precio:
23 pellizcos /
merecidos
|
¿Os atrevéis con los mastodontes históricos? :o)
Babel con necesidad de terapia para sobrellevar tanta injusticia.