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domingo, 16 de junio de 2024

La artesana de libros: Entrevista

Saludos :o) Uno de los beneficios de una Feria del Libro es conocer en persona a los artífices de los libros que tanto nos fascinan. 

Este año, he tenido la fortuna de conocer cara a cara a PIP WILLIAMS, la amable, elegante y generosa artífice de dos libros que he devorado con amor.

Llegué temprano por la mañana al hotel Gran Versalles donde se alojaba esta mujer de voz dulce y actitud sonriente. Acompañadas por la atenta presencia de la traductora, Ana, departimos sobre muchos aspectos de sus libros, de las palabras, de la libertad para acceder al conocimiento y de la dificultad para desenterrar la presencia femenina en el lejano pasado. Fue una experiencia intensamente placentera. 

Muchas gracias a la agencia de prensa Bibiana Ripol Comunicación por hacerlo posible <3, a la autora por su paciente entrega y a la traductora por su amistosa compañía.


¿QUIÉN ES PIP?

https://pipwilliams.com.au/

Pip Williams nació en Londres, creció en Sidney y actualmente vive en Adelaide Hills. Es coautora del libro Time Bomb: Work Rest and Play in Australia Today (New South Press, 2012) y en 2017 escribió One Italian Summer, unas memorias sobre los viajes de su familia que fueron publicadas con Affirm Press con gran éxito. Pip también ha publicado artículos de viajes, reseñas de libros, flash fiction y poesía.


DOS LIBROS, DOS HISTORIAS, UN AMOR POR LOS LIBROS


 

Empecé por una pregunta muy sencilla: 

¿Por qué son tan importantes las palabras para ti?

En realidad, soy disléxica, por lo que en mi vida siempre he tenido una relación de amor/odio con los diccionarios. Desde jovenzuela, los recibía de regalo porque se me daba fatal la ortografía. Sin embargo, un diccionario presenta muchas dificultades para alguien con dislexia. 

Pese a ello, tenía muchos a mi alrededor y se convirtieron en mi única forma de expresión. Peleaba con los retos de la dislexia aunque nunca me impidió la capacidad de componer y redactar. Desde muy pequeña escribía poemas y relatos y diarios. Lo hacía para mí misma y no importaban los errores mientras guardara un significado para mí.

El primer libro, El diccionario de las palabras olvidadas, cumple esa esencia. Trata del significado de las palabras para cada individuo y de que su importancia cambia según quién las use.

Si piensas en que puedes usar unas palabras y unirlas a otras para formar una frase que exprese lo que sientes de una manera profunda, eso es realmente poderoso. En mi caso, siempre ha habido esta tensión entre el reto que suponen las palabras, la crítica que me llovía por no dominarlas como el resto, y mi fascinación por ellas y lo que podían hacer por mí.


Por supuesto, no me contuve y continué con otra pregunta sencilla: ¿Escribir te hace feliz? ¿De qué forma?

Adoro escribir. Debo mencionar que mi primer libro es una memoria de viaje por Italia con mi familia durante seis meses en los que trabajamos en granjas orgánicas. Sirvió como escuela de aprendizaje para la escritura creativa. Soy académica y tengo experiencia en ese ámbito pero siempre quise escribir obras creativas. Por eso, estas memorias me enseñaron a escribir narrativa. Al fin y al acabo, tienes que componer la historia de forma que enganche al lector. No obstante, no disfruté del proceso en sí. Deseaba escribir y me encantaba cuando había finalizado la tarea, pero escribir resultaba difícil y solía retrasarlo. 

Cuando empecé a escribir El diccionario de las palabras perdidas, mi deseo se centraba en capturar la alegría de la escritura. De modo que decidí que escribiría en el lugar que me hacía feliz que resulta ser una cafetería. Me propuse entrenarme para propiciar ese estado. Había estudiado Psicología en la universiad y me sometí a una especie de experimento de Pavlov. En la cafetería, pedía mi café pero no me permitía probarlo hasta que había escrito la primera palabra. Me llevó tres días hasta que empecé a disfrutar de la escritura y ahora me encanta. Disfruto mucho de estar sola en un lugar concurrido donde no tengo que interactuar pero la vida bulle a mi alrededor. Es estimulante porque te absorbes en el proceso y estás parcialmente imbuida de tu mundo interior. Parte de la escritura sucede en el papel o la pantalla, pero la otra parte tiene lugar en tu mente. El mundo que te rodea influye en tu proceso mental y te inspira: una conversación fortuita, una canción... que sin tener nada que ver con tu creación, de repente estimula algo que termina siendo parte de ella y eso es algo realmente emocionante. Me encanta formar parte de ese flujo.


¿De qué forma contribuyen tus libros al mundo?

De forma objetiva, creo que el primer libro constituye una buena idea. La creación del diccionario es un proceso sesgado por género. Confiamos en el diccionario como fuente para dirimir dudas sobre la ortografía y significado de las palabras, como cuando jugamos a Scrabble y comprobamos que las palabras sean correctas y veraces. Sin embargo, el diccionario en sí mismo es una obra humana y por tanto falible. Refleja, además, la visión masculina del lenguaje. Esa idea valía la pena plasmarla en un libro, aunque temía no estar a la altura. Nadie sabía que estaba escribiendo sobre esto. ¿Y si arruinaba la idea con mi versión? Me ponía muy nerviosa. Conté con un mentor y finalmente me sentí preparada. Y en realidad, el mensaje del libro es algo que sabemos en nuestro fuero interno. No está plasmado aún pero al verlo, lo reconocemos y ratifica algo que sentimos como propio. 

El libro trata sobre la representación de la mujer en el lenguaje, pero también en la ley y el voto puesto que está ambientado en la época del sufragio femenino, algo que sigue estando vigente hoy en día. En cuanto al segundo libro, La artesana de libros, se focaliza en la educación de las mujeres, un tema que nunca pierde actualidad a nivel global. Países que son progresistas y han alcanzado un grado alto de educación femenina aún presentan retos de accesibilidad por motivos de clase o financiación. Afortunadamente, es un tema presente en las agendas de los países, pero sigue habiendo desigualdad en los puestos de trabajo entre hombres y mujeres una vez superada la universidad que, irónicamente, distingue a las mujeres con títulos de excelencia. 

Por otro lado mientras escribía el libro, los Talibanes se hacían con el control de Afganistán y prohibían a las mujeres el acceso a la educación y el trabajo, de forma repentina y retrógrada. La ficción histórica arroja luz sobre el pasado que simboliza asuntos candentes en nuestra realidad actual. Es un vehículo para la verdad que nunca muere. Nos resulta más accesible leer sobre el pasado y sentirnos identificados con las personas que lo habitaron, haciendo en cierto modo más fácil reconocernos a través de ellos.


En esa línea, ¿se está haciendo lo suficiente para promover el acceso a la lectura y la educación por parte de las mujeres?

Las mujeres son grandes lectoras, en especial de ficción. En los eventos en los que participo, la gran mayoría del público es femenino. Lo curioso es que recibo correspondencia que se divide más equitativamente entre géneros. Los hombres podrían mostrar más confianza en contactar con los autores mientras que las mujeres son más tímidas. Por ello, es vital alentar la lectura en comunidades menos privilegiadas para proporcionar una infraestructura sólida que permita salir de la pobreza y de los límites que impone. La lectura abre las puertas a mejorar la vida de la mujer y de su familia. Está demostrado que la alfabetización de la mujer enriquece a la comunidad por entero.


Imagino que te documentaste ampliamente para ambos libros. ¿Hubo algún descubrimiento en particular que alterara el curso de la trama de La artesana de libros? 

Mientras me documentaba para el primer libro, solicité toda la información posible a los Archivos de Oxford University Press porque quería incluir unos datos sobre la fabricación de un libro en secreto y quise ampliar mis conocimientos sobre las mujeres que llevaban a cabo parte del proceso. Mujeres que encuadernaban, que plegaban y cosían. Pusieron a mi disposición una ristra inacabable de cajas sobre los hombres que trabajaban en la imprenta, unos recursos fantásticos con detalles y anécdotas. Sobre las mujeres, sólo aparecieron dos fotos en blanco y negro de principios de 1920 en las que se mostraban plegando las páginas. 

En un documento en el que se despedía a Horace Hart en homenaje a su vida laboral en la imprenta, en 1915, todos los trabajadores firmaron y se distinguían cincuenta firmas de mujeres. Sus nombres, uno a uno, están plasmados en papel, prueba irrefutable de su existencia y participación. Es asombroso. 

Lo que me llevó a un vídeo en blanco y negro, The Making of a Book at Oxford University Press, donde se ve a una mujer realizando una danza mientras trabaja que no pude evitar incluir en el libro porque era un reflejo fiel, histórico y real de su labor. Me pregunté qué libro estaría componiendo y si alguna vez se paraba a leer los pliegos que agrupaba. En ese momento supe que escribiría un segundo libro. Si esa mujer se paró alguna vez a leer, la supervisora sin duda la habría reprendido. Su labor era encuadernar, no leer. Ahí estaba la historia: una mujer que quería algo que no podía tener. Tuve que dejar esta historia en barbecho hasta terminar el primer libro. 

Fue esa casualidad, mi presencia en los Archivos y hallar ese dato, lo que supone la magia de la documentación. A veces te puedes perder en el recorrido, pero hay que perseverar y mantenerse fiel al personaje. Debes preguntarte si lo que descubres durante la investigación contribuye a la historia, al personaje, entonces lo eliges o lo descartas. ¿Lo incluyo porque me encanta y quiero que todo el mundo lo sepa, o es importante para mi personaje? Mientras escribía la Artesana, me cruzaba sin parar con libros que fueron escritos durante la Primera Guerra Mundial. Encontraba referencias a ellos en los Archivos, conseguía una copia y leía pasajes. Así me hacía una idea de si Peggy, mi personaje, pensaría algo gracias a ese libro. Me ayudó y encantó seguir ese sistema con toda la literatura publicada por esta imprenta.


Existe un contraste marcado entre el estilo acogedor e íntimo de las vivencias de Peggy en su barrio humilde y los grandes temas sobre los que reflexiona. ¿Fue a propósito o surgió de la escritura?

Creo que surge de forma natural del proceso de escribir este libro. Durante la documentación, era Peggy quien juzgaba si un libro o un tema eran algo en lo que pensaría o reflexionaría. Por un lado, su vida diaria en su vivienda, el trabajo y las obligaciones, su relación con su hermana gemela Maud que invade gran parte del libro en lo bueno y en lo malo. La sororidad en diversas vertientes es preeminente en el libro. Por otro lado, los libros están en la sangre de Peggy. La guerra lo cambia todo para ella, al igual que para las mujeres en general. Cuando entra en contacto con los libros y con los refugiados de la guerra, tiene la oportunidad de reflexionar sobre esos temas acuciantes. Algunos de esos temas la han perseguido desde la infancia, en especial el acceso a la educación y el deseo permanente pero oprimido por aprender, algo vedado por su género y su clase social. Nunca tendría la posibilidad al alcance. La guerra abre inesperadas oportunidades de conocer a gente fuera de su círculo, libros y panfletos sobre la guerra,y eso la obliga a pensar más allá de su pequeña vida y en lo que desea.

Emily Dickinson tiene un poema: Di la toda la verdad pero dila sesgada. Vivo según esa frase. Afrontar una verdad universal pero desde un ángulo único o sutil de manera que las personas no lo vean venir hasta que ya están completamente absortas. Cuando tratas temas importantes desde un punto de vista personal, eso ayuda a conectar. Un artículo sobre el acceso a la educación nunca será tan conmovedor y efectivo como leer sobre una mujer en particular que sufre esa situación.


Me da la sensación de que libros como estos pueden inspirar a la gente a mirar al pasado con más perspicacia, en especial al rol de la mujer en él. 

Muchas fuentes y archivos carecen de suficiente información sobre la vida de las mujeres en comparación con la existente sobre hombres. Una de las misiones de los libros consiste en rellenar los huecos de esas fuentes. Una de las formas que prefiero es mediante el arte y las memorias de mujeres. Uno de los personajes secundarios, 

Iso Rae, es una artista que descubrí en el Archivo. Pintaba preciosos cuadros durante la guerra, aunque se le denegó la opción de hacerlo de forma oficial por ser mujer. Eso nos ha robado de la perspectiva femenina. Por suerte, las mujeres no se amilanaban y seguían representando el mundo a su alrededor a su manera. Trabajó de enfermera y en sus ratos libres pintaba lo que veía. Sin embargo, no es una versión completa. Virginia Wolf decía que una mujer necesitaba una habitación propia y quinientas libras al año. Sólo las clases privilegiadas podían permitirse registrar sus opiniones, por lo que falta la perspectiva de las clases humildes. 

En última instancia, es nuestro deber imaginar el pasado hasta cierto punto y es posible porque el ser humano no evoluciona a nivel emocional. Podemos ponernos en el lugar de mujeres del pasado y tratar de comprender toda la gama de emociones que vivieron.


¿Qué se siente al saber que 

se publican tus libros en tantos países?

Es una sorpresa mayúscula. Nunca soñé con que sucedería. Hubiera sido una gran decepción pensarlo y que no se cumpliera. Además, es un libro sobre la lengua inglesa lo que hace que sea incluso más singular. Se ha traducido a más de quince idiomas. Aunque haya un gran contraste de culturas y lenguas, teniendo que traducir a todas ellas, en el fondo, todos los seres humanos queremos lo mismo. Las mujeres quieren ser representadas en el lenguaje, en la cultura y la ley, eso es igual desde Australia a España a Gaza. Es algo que todos reconocemos.

Durante la escritura del libro, sucedían muchas cosas en el mundo que eran relevantes: la repetición de la historia en plagas, invasiones, refugiados. Todas esas emociones que campaban entre la gente eran las mismas. No resultaba difícil escribir un libro sobre el pasado cuando veía los mismos hechos a mi alrededor.


¿Cómo decides titular tus libros?

Varían en cada lengua, por supuesto, pero El diccionario de las palabras olvidadas es bastante similar en general y era el título con el que trabajé en mente durante toda la escritura. 

Más problemático es La encuadernadora de Jericó (La artesana de libros), que es un barrio en Oxford donde se encontraba la imprenta y refleja la vida de sus habitantes en esa época. Puede ser un título enigmático y algo confuso puesto que recuerda a la región de Medio Oriente. En Estados Unidos simplemente es La encuadernadora porque se pensó que la gente no respondería bien a Jericó. Entre tanto, en Australia no ha supuesto ninguna diferencia para convertirse en el libro australiano más vendido del año pasado.

La propia palabra Encuadernadora no siempre funciona bien en diferentes idiomas. De todas formas, los autores no siempre eligen el título. Tienen influencia pero la decisión final no es suya. (¡Aquí me sorprendí a lo loco porque me parece terrible que no puedas elegir el título de tu propio libro!


¿Alguna vez has borrado escenas de tus libros?

¡Sí! No hay un libro en mis estanterías que no haya sufrido ese proceso. Puede ser justo lo que necesita, aunque parezca brutal. A veces personajes completos pueden desaparecer, aunque no en mi caso, pero sí he borrado escenas porque hay demasiada explicación o no ayuda a la trama o al perfil del personaje. ¡Es aburrido!

Guardo una copia por motivos psicológicos por si alguna vez los rescato. El epílogo de El diccionario de las palabras olvidadas se eliminó y luego se reintegró, pero no suele suceder. 


¿Un mensaje final para tus fans españoles?

Allá a donde voy todo el mundo habla inglés. Vivo en un país colonizado, Australia, y he viajado a otros países colonizados. Soy muy consciente de que en cierta forma el idioma inglés está imitando ese proceso. Es capaz de arrebatar la historia y la cultura cuando la gente deja de hablar su lengua nativa a favor del inglés. Aunque actúa de puente entre personas, lo cual es algo maravilloso, también hay un riesgo de perder la esencia de las lenguas vernáculas y la unión entre las personas que trae consigo. Se pierden las palabras que nos legan madres y abuelas. Es importante vincularse con la herencia cultural del país, sea cual sea, para entender a la gente y sus raíces.

-*-

¡Siempre es un placer charlar con una autora! Por si os ha picado la curiosidad sobre sus libros, aquí tenéis detalles sobre el DICCIONARIO y la ARTESANA. He disfrutado de ambos y los recomiendo ;o)

Babel lee palabras y ve mundos.

sábado, 8 de junio de 2024

El nacimiento de los libros

Saludos :o) ¿Os va todo bien? Eso espero. 

El año pasado leí El diccionario de las palabras olvidadas de Pip Williams y fue uno de mis favoritos. Un segundo libro ha llegado a mis manos y me ha encantado descubrir los vínculos entre ambos y ahondar en el mundo de la encuadernación.


LA ARTESANA DE LIBROS

de PIP WILLIAMS


El mundo de la confección de libros me parece fascinante. Me gusta leer, me gustan las palabras. Me gusta también el recipiente, es decir, ese precioso objeto de papel donde reposan las palabras y todo cuanto esté relacionado con las habilidades que permiten su fabricación desde la tinta hasta las tapas. 

Este libro nos permite un vistazo a ese proceso desde una perspectiva interesante: una imprenta en Oxford en los albores de la Primera Guerra Mundial. Protagonizada por dos gemelas, será una de ellas quien cuente los detalles tan inusuales que conforman su vida. 

Desde su extraordinario hogar hasta su hermana con un síndrome peculiar, pasando por su anhelo por el aprendizaje de palabras, labrarse un futuro académico a pesar de su humildísima condición social y afrontar una guerra que se lleva a una gran mayoría de hombres del país, de la ciudad y de la imprenta donde se elaboran los libros que admira.

Tengo preferencia por las novelas enmarcadas en contextos históricos que se centran más en las personas y sus vivencias que en las batallas propiamente dichas, por eso esta novela se ajusta muy bien a mis gustos. Mezcla un ángulo individualista, muy íntimo, de una chica en su entorno más inmediato de hogar y trabajo, ambiciones y restricciones, experiencias con las personas más allegadas, mientras que por otro lado presenta sus reflexiones respecto a temas gigantescos como la guerra, la desigualdad social, las clases pudientes frente a la pobreza, el acceso a la educación, la guerra política y humana, la libertad de elección. 

Y por supuesto el poder de la palabra en medio de todo: desde los panfletos reivindicadores a las obras de Shakespeare, los diccionarios de mujeres, las cartas de soldados a las novias, las palabras propias y las repetidas como ecos. Un contraste muy interesante.

En las palabras está presente el dolor por los seres queridos, también el amor, la culpa, la compasión. Es una lectura reflexiva que teje relaciones entre todas las personas que conforman una comunidad y los hilos que unen las comunidades del mundo. La autora coloca el foco, no sólo en una actividad ignorada, sino en la voz de mujeres que trabajaron, sacrificaron y soñaron con un mundo del que no se las excluyera, que se las tuviera en cuenta, que importaran. 

Me ha gustado mucho conocer a Peggy y Maude, a sus vecinas y compañeras de trabajo, a esos hombres que sufren una guerra atroz. Peggy busca el conocimiento y la automejora, pero lucha contra su clase social y la idea de que siempre será hermana de alguien, sin libertad total. Por otro lado, Maude es fuente de sorpresas constantes. Me ha encantado esa dinámica. Y he disfrutado de conocer con mayor detalle un taller de encuadernación en Oxford donde se publican obras magnas y clásicas. Una hermosa lectura que invita al debate y a la reflexión personal.


Citas favoritas:
Fuerza y flexibilidad. Un libro necesita ambas cosas.

A pesar de nuestro dominio de las palabras y de nuestra capacidad para combinarlas de infinitas maneras, a la mayoría nos costaba decir lo que pensábamos realmente.

Una pareja cualquiera intentando arrancarle un día a la guerra.

Si te encoges para encajar en la pequeñez de tus circunstancias, no tardarás en desaparecer.

Me siento como si me hubiera ocupado una fuerza enemiga y la única manera de librarme de ella fuese destruirme a mí misma.


Datos de LA ARTESANA DE LIBROS
(The Bookbinder of Jericho )
Novela histórica y lingüística
Tapa rústica
432 páginas; 23,90


Por si os apetece: 
Aquí está mi opinión del primer libro

Es mi lectura de estreno del mes de junio :-) Voy por buen camino.

Babel colecciona libros inolvidables.

sábado, 3 de diciembre de 2022

¿Crees que las palabras tienen magia?

Saludos :o) ¿Os va todo bien? Eso espero. 

El libro del que os hablo hoy me ha encantado de corazón. Es uno de mis favoritos del año, sin duda. Si amáis las palabras, sentís curiosidad por el lenguaje y disfrutáis con las vivencias de una protagonista inusual en un entorno académico, este libro os va a atrapar ;o)


EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS OLVIDADAS

de PIP WILLIAMS

¿Pueden las palabras construir mundos y transportarnos a ellos? ¡Desde luego! 

Es lo que hace cualquier libro cuando lo leemos. A veces, sin darnos cuenta. 

Por eso, la portada de este libro es tan perfecta porque representa una maleta para ese viaje al que nos invita la lectura. 

Confieso que me produjo verdadera emoción cosquilleante descubrir la premisa de este libro. Una niña que colecciona palabras y contribuye a la confección del primer diccionario de la universidad de Oxford. Sólo por eso me llamaba. 

Me alegra añadir que la narración tan personal y envolvente me ha subyugado con pericia, además de que he sentido mucha ternura por la protagonista. La conocemos desde pequeñita, mientras gatea entre los pies de los señores que trabajan en la recopilación de palabras para el diccionario, seguimos con su adolescencia en el despertar intelectual y su juventud más experimental que le trae los primeros atisbos de drama y emoción. 

Por su peculiar entendimiento se filtran las etapas familiares, los acontecimientos históricos y los movimientos sociales. Sin perder nunca la curiosidad por vocablos nuevos, Esme se abre a relaciones, a ideas provocadoras, a la compasión y la pena y la pérdida. Es dulcemente doméstico y vívidamente emotivo al mismo tiempo. Me ha conmovido en varias ocasiones, aunque no haya muestras de sentimientos vehementes. Suele reflejarse en palabras también, en ausencias. Salvo, a mi parecer, en una ocasión particular que podría haber sido mejor explotada en su momento álgido.

Me fascina el ingenio que acompaña a la narración intimista de esta novela. Me he sentido cautivada por el texto. Como un cuento que se despliega mágicamente, usa el hechizo de las palabras para construir el mundo físico. 

Esme es una niña inquieta, de una imaginación única que crece entre las paredes del Scriptorium, un taller donde se gesta la pionera creación de un libro que recopila las palabras por orden alfabético en formato de fascículos. Una hazaña hercúlea, digna de lexicógrafos titánicos, que se desarrolla durante décadas, sin pausa y con la dedicación de abejas obreras. Me ha parecido un proceso interesante y brillante, en el que nunca había reparado, tan acostumbrados como estamos a los típicos diccionarios que resulta un acto de fe intentar comprender el nacimiento de la idea y su meticulosa ejecución. Sin embargo, es la propia niña quien roba cada gramo de atención a través de su visión singular y su espíritu rebelde.

La joven en quien se convierte afila sus destrezas y es capaz, tras observar su entorno, de destilarlo en una palabra que explica, define y encapsula con la posteridad que otorga la escritura.

El comportamiento de la protagonista me ha recordado a mi niñez. Había olvidado la pasión por las palabras, la maravilla ante el descubrimiento de un término insólito que enseguida memorizaba y atesoraba en un cuadernillo, cual archivera oficial. Por supuesto, Esme va mucho más allá. Y en su misión épica, desde su humilde rincón en la ciudad de Oxford, se convierte en una suerte de salvaguarda feminista, humanitaria y rescatadora de palabras que no pasan la censura, de dominio oral o poco respetuosas o típicas de mujeres ignoradas.

Como el propio lenguaje, la narración se extiende por diversas épocas y edades, contextos y personas. Posee un epílogo amplio que, de alguna manera, suaviza el agridulce destino de Esme y su cruzada por las palabras, y las personas, olvidadas. 

¡Qué bonito ha sido ver el mundo a través de sus ojos! Me ha gustado mucho acompañar a Esme en todas sus facetas, aunque me ha hecho sentir mucha pena también. Es un libro que voy a guardar con sumo cariño.

Citas favoritas:
Era ordinario por fura, pero por dentro estaba lleno de maravillas.

Cuando hablamos de ella, cobra vida. Las palabras son nuestra herramienta de resurrección.

Me siento como un diente de león antes de que sople el viento.

Lo convencional nunca le ha hecho ningún bien a ninguna mujer.

El consenso no siempre es posible, pero la coherencia sí.

Como una vasija, me llené de tristeza hasta que ya no pude contenerla y rebosó hasta empaparme la cara.


Datos de EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS OLVIDADAS
(The Dictionary of Lost Words)
Novela histórica y lingüística
Tapa dura
432 páginas; 22,90


Estoy ilusionada por la promesa de la autora de escribir un segundo libro sobre un tema vinculado a esta historia. Estaré atenta :-D ¿Habéis leído la entrevista?


Babel colecciona palabras inolvidables.

domingo, 27 de noviembre de 2022

El diccionario de las palabras olvidadas: Entrevista

Saludos :o) Confieso que siempre he sentido afinidad por las palabras. 

Desde pequeña, me ha fascinado su ortografía, su origen, su versatilidad. A veces soy un poco rígida en cuanto a su uso y me apena decir que más errada de lo que me gustaría. La historia de amor es real, no obstante. Por ese motivo, en cuanto descubrí este libro, sentí que estaba escrito para mí.

En preparación a la lectura (que ya he comenzado, yupi), voy a compartir una entrevista realizada a la autora que la prensa (Bibiana Ripol Comunicación) ha puesto a nuestro alcance. Espero que os abra el apetito ;o)

¿QUIÉN ES PIP?


Así me gustan a mí las fotos promocionales. Rodeada de libros :-D

https://pipwilliams.com.au/

Pip Williams nació en Londres, creció en Sidney y actualmente vive en Adelaide Hills. Es coautora del libro Time Bomb: Work Rest and Play in Australia Today (New South Press, 2012) y en 2017 escribió One Italian Summer, unas memorias sobre los viajes de su familia que fueron publicadas con Affirm Press con gran éxito. Pip también ha publicado artículos de viajes, reseñas de libros, flash fiction y poesía.


EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS OLVIDADAS

Pip combina su talento para la investigación histórica con un impecable estilo narrativo. Ha indagado en los archivos del Oxford English Dictionary y ha encontrado una historia de palabras perdidas y de vidas de mujeres que han transcurrido entre líneas.


¿DE DÓNDE VINO SU INSPIRACIÓN?

Había leído con fruición The Surgeon of Crowthorne de Simon Winchester, un libro sobre la relación entre el editor del Oxford English Dictionary, James Murray, y uno de los voluntarios que proporcionaba ejemplos del uso de las palabras en obras literarias

Me fascinó el proceso de compilación del Diccionario, pero cuando terminé de leerlo, me quedaban aún varias preguntas para las que no encontraba respuesta. Por ejemplo, si todos los encargados de redactar la definición de las palabras eran hombres, ¿hasta qué punto representaba la primera edición del OED la forma en que las mujeres usaban las palabras? Si todas las palabras de este diccionario debían por fuerza estar basadas en textos escritos (y, de hecho, así era), entonces, ¿qué palabras podrían haberse perdido porque nunca llegaron a escribirse?: palabras pronunciadas por analfabetos, pobres o mujeres que realizaban trabajos tradicionalmente adscritos a las mujeres. Leí un poco más y busqué cosas en la red, pero no pude encontrar respuestas a estas preguntas. 

Sin embargo, lo que sí encontré fue una pequeña historia curiosa sobre una palabra perdida

Se descubrió que faltaba la palabra bondmaid (‘criada’) en el primer volumen del diccionario de 1901. Debería haber estado entre bondly y bondman, pero no era el caso. Nadie sabe por qué había desaparecido dicha palabra. Es un misterio listo para ser resuelto, pensé, y fue entonces cuando la semilla de la idea para una historia comenzó a crecer.


HAY MUCHOS TEMAS EN ESTA NOVELA. ¿SIEMPRE TUVO LA INTENCIÓN DE INCLUIR TANTOS? ¿LE COSTÓ DECIDIR EN QUÉ CENTRARSE? ¿ECHA DE MENOS CUESTIONES EN LAS QUE DESEARÍA HABER PROFUNDIZADO?


Empecé a escribir porque estaba interesada en el Oxford English Dictionary. Ideé la historia en torno a los hechos contrastables sobre esta increíble empresa y empecé a escribir. Mientras escribía la novela, me detenía de vez en cuando para revisar la historia real, no solo la del OED, sino también la de Oxford y del Reino Unido en general. Estaba claro que, para contar bien la historia, tenía que encajarla en la época, y la época incluía el movimiento de las sufragistas y la Primera Guerra Mundial. El diccionario y todos los personajes, reales e imaginarios, son producto de esos tiempos y de los hechos extraordinarios que tuvieron lugar entonces. 

No se pueden desagregar, así que traté de urdirlos conjuntamente en la trama. Pero el hilo conductor siempre fueron las palabras y cómo estas se usan y definen; cómo son valoradas por diferentes personas. Mi inclusión del movimiento sufragista y la Primera Guerra Mundial refleja esto, espero. Mi intención era que los detalles que elegí incluir reforzasen la historia que se va construyendo en torno a Esme y sus palabras.

Esme, su padre y Lizzie son completamente ficticios, aunque la mayoría de las personas que trabajan en el diccionario son reales. Ditte es una versión ficticia de una mujer real llamada Edith Thompson. El dilema que se me planteaba era si nombrar o no a la verdadera Edith Thompson. Ella estuvo involucrada en el OED desde la letra A hasta la Z y, sin embargo, apenas se la menciona en la historia oficial sobre el diccionario. Lo que sabía sobre ella era interesante y relevante para la historia que estaba elaborando y, de hecho, en mi relato la acabé convirtiendo en la madrina de Esme. Por supuesto, esto no era en absoluto posible en la vida real, y todo lo que he escrito sobre su relación es completamente ficticio, pero creo que suena fiel a la Edith que fui conociendo durante mi investigación.

Hasta poco antes de dar el libro a la imprenta, estuve dudando sobre si debía darle un seudónimo, solo para ir sobre seguro, para evitar cualquier posible crítica. Finalmente, preferí que la gente conociera a Edith Thompson y su papel en el desarrollo del Diccionario. Dejé que mantuviera su nombre real porque no quería que la pasaran por alto y no podía soportar eliminarla de mi historia. Pero para reconocer que la relación entre Esme y Edith es ficticia, decidí que Esme le pusiera el apodo Ditte.


¿PIENSA QUE LA INVISIBILIDAD DE LA EXPERIENCA FEMENINA SE EXTIENDE TAMBIÉN A LA OMISIÓN DE GRUPOS SOCIALES QUE NO SE CONSIDERAN ADECUADOS PARA SER REPRESENTADOS EN EL DICCIONARIO, COMO LA CLASE OBRERA O DIVERSOS GRUPOS SOCIALES?

¡Absolutamente! Los pueblos originarios han sufrido la eliminación sistemática de su idioma de todo el mundo; a los inmigrantes se les ha dicho que la riqueza lingüística que generan no es "adecuada"; los jóvenes son criticados por hablar mal cuando intentan adaptar el lenguaje para reflejar las nuevas tecnologías o la agitación social y medioambiental; las personas neurodivergentes, las personas que viven con discapacidad y las que se identifican como diversas en cuanto al género o la sexualidad deben inventarse palabras para definirse a sí mismas porque estas no siempre están disponibles en el diccionario.


TENIENDO EN CUENTA EL PERIODO DE TIEMPO TAN CRUCIAL QUE ABARCA, ¿LE HA AYUDADO SU NOVELA A MOSTRAR LAS PENURIAS Y AGRAVIOS QUE SUFRE LA PROTAGONISTA COMO POSIBLE EJEMPLO DE MUJER DE SU ÉPOCA?

Mi novela sigue el desarrollo de una niña que se convierte en mujer en un momento en que estas todavía luchaban por el derecho al voto y sus ambiciones estaban limitadas por estructuras como la familia, el trabajo y la sociedad. Esme es una típica mujer de su tiempo en cuanto que desea más de lo que se le permite tener. Como muchas mujeres entonces y ahora, se da cuenta de que su voz y su experiencia no son tan importantes como las voces y las experiencias de los hombres. Cuando empieza a recopilar palabras “de mujeres”, comienza a contribuir a un movimiento con el que las mujeres aún siguen comprometidas en 2022.


¿SIGUE SIENDO CIERTO ACTUALMENTE QUE MUCHAS PALABRAS RELACIONADAS CON LAS MUJERES AÚN SE OMITE O SE DEFINEN INCORRECTAMENTE EN MUCHOS DICCIONARIOS DEBIDO A LA VISIÓN MASCULINA PREDOMINANTE?

Varias cosas han cambiado desde que se redactó la primera edición del Oxford English Dictionary. Los índices de alfabetización son mucho mayores y existen muchas más fuentes de lenguaje escrito (Facebook, textos en general, twitter, etc.). Esto significa que hay más personas que pueden crear palabras nuevas y darles un significado que sea aplicable a sus vidas. Además, cada vez son más las mujeres que trabajan como lexicógrafas y, en muchos casos incluso, están a cargo de la edición de diccionarios. Lamentablemente, las mujeres siguen siendo silenciadas en todo el mundo. Sus palabras son devaluadas, censuradas e ignoradas. Es inevitable que todavía se esté perdiendo algo.


¿CUÁLES HA SIDO SUS INFLUENCIAS O PREFERENCIAS LITERARIAS PARA ESCRIBIR ESTA NOVELA?

Me encantan George Elliot y las hermanas Brontë, pero no he tratado de emularlas. Creo que una novela moderna, incluso si es histórica, debe "hablarle" al público de su tiempo, utilizando un lenguaje y un estilo que le sean familiares (a menos, por supuesto, que el objetivo de la novela sea experimentar con el lenguaje y el estilo). 

Entre los novelistas contemporáneos que admiro podría mencionar a Geraldine Brookes (autora de Los guardianes del libro), Kate Atkinson (La mecanógrafa, Serie Jackson Brodie), Rabih Alameddine (La mujer de papel) y Madeline Miller (Circe, Aquiles).


¿EL HECHO DE HABER VIVIDO TANTO TIEMPO EN AUSTRALIA HA INFUIDO EN SU ESCRITURA? ¿CREE QUE LE HA DADO UNA PERSPECTIVA DISTINTA DE LA HISTORIA QUE SI SU IDENTIDAD FUERA ESTRICTAMENTE BRITÁNICA?

Me mudé a Australia desde el Reino Unido cuando tenía tres años, así que me crie como australiana. Creo que esto ha influido en mi escritura de dos maneras. Por una parte, me he empapado de un tipo de literatura australiana que a menudo usa una historia individual para contar una experiencia colectiva. 

En segundo lugar, me considero una extraña, hasta cierto punto, tanto en mi país de nacimiento como en el país al que considero mi hogar. Esto me coloca en el papel de observadora, y eso me permitió ver la historia del Oxford English Dictionary de manera diferente a alguien que se haya criado en Inglaterra siendo inglés o inglesa de nacimiento. A fin de cuentas, Australia es un país colonizado y el idioma que hablamos (el inglés) le fue impuesto a los habitantes originales de esta tierra. Esta cuestión sigue siendo muy problemática en Australia y ha influido en mi forma de pensar sobre la elaboración de diccionarios y la historia que quería contar.


¿TIENE ALGÚN PROYECTO FUTURO EN MARCHA?

Mi próxima novela tiene bastante que ver con El diccionario de las palabras olvidadas, y se inspiró en lo que no pude encontrar en los archivos de Oxford University Press. Concretamente, en información sobre la vida de las mujeres y niñas que trabajaban en la imprenta, plegando, juntando y cosiendo las páginas de los libros. Se titula The Bookbinder of Jericho (La encuadernadora de Jericó) y trata sobre una joven que trabaja como encuadernadora en la Oxford University Press durante la Primera Guerra Mundial. Peggy es inteligente y ambiciosa y sueña con ir a la Universidad de Oxford, pero le insisten una y otra vez en que su trabajo consiste en encuadernar los libros, no en leerlos.


¿HAY ALGO QUE LE GUSTARÍA DECIR A SUS LECTORES?

Emily Dickinson escribió una vez: “Di toda la verdad, pero dila de forma sesgada”.

Creo que eso es lo que hacen las novelas. Una novela aborda los hechos desde un ángulo diferente al de la Historia, la biografía o las memorias. Puede iluminar lo que está entre líneas, en las sombras o simplemente fuera del escenario (para usar más metáforas de las estrictamente necesarias). Creo que las novelas que amamos son aquellas que añaden una nueva dimensión a lo que ya sabemos. Reímos, lloramos o rabiamos cuando nos reconocemos en la alegría, la tristeza o la injusticia en una historia bien contada.

Para mí, los hechos concretos son solo un andamio a partir del cual construir la verdad.

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¡Qué interesante! No sólo los libros, sino también las entrevistas, ayudan a entender mejor la diversidad de puntos de vista. El gran poder de la palabra, sin duda :-)

Si queréis uniros a mí en la lectura de este libro, estáis invitadas. ¿Habéis leído la pregunta sobre su proyecto? Ya me ha enganchado para el próximo libro :-D

Babel lee palabras y ve mundos.