Saludos :o) ¿Os va todo bien? Eso espero.
El libro del que os hablo hoy me ha encantado de corazón. Es uno de mis favoritos del año, sin duda. Si amáis las palabras, sentís curiosidad por el lenguaje y disfrutáis con las vivencias de una protagonista inusual en un entorno académico, este libro os va a atrapar ;o)
EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS OLVIDADAS
de PIP WILLIAMS
¿Pueden las palabras construir mundos y transportarnos a ellos? ¡Desde luego!
Es lo que hace cualquier libro cuando lo leemos. A veces, sin darnos cuenta.
Por eso, la portada de este libro es tan perfecta porque representa una maleta para ese viaje al que nos invita la lectura.
Confieso que me produjo verdadera emoción cosquilleante descubrir la premisa de este libro. Una niña que colecciona palabras y contribuye a la confección del primer diccionario de la universidad de Oxford. Sólo por eso me llamaba.
Me alegra añadir que la narración tan personal y envolvente me ha subyugado con pericia, además de que he sentido mucha ternura por la protagonista. La conocemos desde pequeñita, mientras gatea entre los pies de los señores que trabajan en la recopilación de palabras para el diccionario, seguimos con su adolescencia en el despertar intelectual y su juventud más experimental que le trae los primeros atisbos de drama y emoción.
Por su peculiar entendimiento se filtran las etapas familiares, los acontecimientos históricos y los movimientos sociales. Sin perder nunca la curiosidad por vocablos nuevos, Esme se abre a relaciones, a ideas provocadoras, a la compasión y la pena y la pérdida. Es dulcemente doméstico y vívidamente emotivo al mismo tiempo. Me ha conmovido en varias ocasiones, aunque no haya muestras de sentimientos vehementes. Suele reflejarse en palabras también, en ausencias. Salvo, a mi parecer, en una ocasión particular que podría haber sido mejor explotada en su momento álgido.
Me fascina el ingenio que acompaña a la narración intimista de esta novela. Me he sentido cautivada por el texto. Como un cuento que se despliega mágicamente, usa el hechizo de las palabras para construir el mundo físico.
Esme es una niña inquieta, de una imaginación única que crece entre las paredes del Scriptorium, un taller donde se gesta la pionera creación de un libro que recopila las palabras por orden alfabético en formato de fascículos. Una hazaña hercúlea, digna de lexicógrafos titánicos, que se desarrolla durante décadas, sin pausa y con la dedicación de abejas obreras. Me ha parecido un proceso interesante y brillante, en el que nunca había reparado, tan acostumbrados como estamos a los típicos diccionarios que resulta un acto de fe intentar comprender el nacimiento de la idea y su meticulosa ejecución. Sin embargo, es la propia niña quien roba cada gramo de atención a través de su visión singular y su espíritu rebelde.
La joven en quien se convierte afila sus destrezas y es capaz, tras observar su entorno, de destilarlo en una palabra que explica, define y encapsula con la posteridad que otorga la escritura.
El comportamiento de la protagonista me ha recordado a mi niñez. Había olvidado la pasión por las palabras, la maravilla ante el descubrimiento de un término insólito que enseguida memorizaba y atesoraba en un cuadernillo, cual archivera oficial. Por supuesto, Esme va mucho más allá. Y en su misión épica, desde su humilde rincón en la ciudad de Oxford, se convierte en una suerte de salvaguarda feminista, humanitaria y rescatadora de palabras que no pasan la censura, de dominio oral o poco respetuosas o típicas de mujeres ignoradas.
Como el propio lenguaje, la narración se extiende por diversas épocas y edades, contextos y personas. Posee un epílogo amplio que, de alguna manera, suaviza el agridulce destino de Esme y su cruzada por las palabras, y las personas, olvidadas.
¡Qué bonito ha sido ver el mundo a través de sus ojos! Me ha gustado mucho acompañar a Esme en todas sus facetas, aunque me ha hecho sentir mucha pena también. Es un libro que voy a guardar con sumo cariño.
Citas favoritas:Era ordinario por fura, pero por dentro estaba lleno de maravillas.
Cuando hablamos de ella, cobra vida. Las palabras son nuestra herramienta de resurrección.
Me siento como un diente de león antes de que sople el viento.
Lo convencional nunca le ha hecho ningún bien a ninguna mujer.
El consenso no siempre es posible, pero la coherencia sí.
Como una vasija, me llené de tristeza hasta que ya no pude contenerla y rebosó hasta empaparme la cara.
Estoy ilusionada por la promesa de la autora de escribir un segundo libro sobre un tema vinculado a esta historia. Estaré atenta :-D ¿Habéis leído la entrevista?
Babel colecciona palabras inolvidables.
Datos de EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS OLVIDADAS
Novela histórica y lingüística
Tapa dura
432 páginas; 22,90€
Babel colecciona palabras inolvidables.
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