Menudo libro.
Lo sabéis quienes lo habéis leído.
Quienes aún no lo habéis leído...
os espera algo especial.
Es uno de los libros más tristes que he leído en mi vida.
Había momentos en que tenía que parar y respirar hondo para liberarme de la
angustia.
No ha sido una historia fácil, en ningún momento, por muchas
razones. A veces porque el estilo narrativo de la autora es tan minucioso que
cuenta cada acción de los personajes, cada uno de sus pensamientos, durante
cada día. La trama se desenvuelve con lentitud pasmosa, casi tentándote a tirar
la toalla. Aunque sabes que no debes hacerlo. Sabes que hay un drama palpitando
en el interior de esas 446 páginas densas, absorbentes y emocionalmente
abismales.
No es una historia fácil porque los personajes son tan
humanos y reales como tus propios amigos. Acabas conociéndoles a la perfección,
con todas las consecuencias. Nastya, Josh y Drew. Una chica y dos amigos, rotos
y vueltos a pegar con precariedad. Y aprendes a quererles a pesar de sus lacras
y a desear que encuentren la felicidad que el destino les niega. Porque las
personas que han sufrido tanto y de maneras tan espantosas merecen ser felices,
¿no?
El mar de la tranquilidad, de Katja Millay, cuenta la
historia de una adolescente rebelde, medio gótica y desafiante que nunca habla.
De Josh, un chico que tiene talento para
la carpintería y al que nadie se acerca porque sus tragedias personales le han
convertido en un paria social como Nastya. Y Drew, el guaperas donjuan al que
nadie toma en serio porque no tiene corazón ni honor.
Nastya está sumida en un silencio que es a la vez un escudo
contra la realidad y un arma contra cualquier vínculo emocional. Su alma murió
el día en que su cuerpo sufrió mutilaciones, por lo que mira con envida la
creatividad que exhiben otros a su alrededor. Eso es lo que le atrae de Josh
Bennet, quien se mueve en su propio universo de anónimo dolor y lo invierte por
completo en crear con sus manos.
A través de los ojos de Nastya y Josh, conocemos su increíble
historia de pérdidas, de dolor inimaginable, mientras la relación de los tres
se construye pedacito a pedacito hasta que se convierte en algo tangible y
maravillosamente vivo.
Admito que es una lectura difícil. Al principio, vas
conociendo a los personajes. Sobre todo a Nastya, quien te cuenta su vida en el
nuevo instituto donde aterroriza con su aspecto agresivo y su mudez voluntaria.
Sus pensamientos sardónicos cubren páginas y páginas. Intuyes que algo de
innombrable fealdad tuvo que pasarle siendo más jovencita, pero ahí está la
clave de la novela. La autora muestra los síntomas del mal, las consecuencias
que Nastya y Josh demuestran con sus comportamientos anómalos, enfermizos y
autodestructivos. Sin embargo, no sabemos la razón que los causó. Poco a poco,
surgen las pistas. A Josh tenemos que compadecerle cuando nos cuenta sus
pérdidas, pero no es hasta muy adentrada la novela que descubrimos la auténtica
y pavorosa tragedia de lo que le sucedió a ella.
Se me encogía el corazón al leerlo. Y al comprender todos sus
actos, pequeños y grandes, para soportar la agonía de vivir con las secuelas.
Aparte de la complejidad psicológica de los personajes, de
cómo han afrontado los sucesos en el día a día y que la autora refleja con
sensibilidad y comprensión exquisitas, la novela también brilla por esa
historia de amor tan sutil y tan profunda. No es hasta la página 180 que llega
a mencionar que Josh es guapo. Dentro de las capas de la novela, que incluyen
relaciones adolescentes, reacciones al trauma, conversaciones irreverentes y
fiestas juveniles disparatadas, sí que hay una inmensa historia de amor.
Plagada de errores, de traiciones, que comienza casi sin notarse, que
evoluciona mientras Josh y Nastya pasan tiempo juntos casi a regañadientes,
conociéndose y limándose el uno al otro, necesitados de algo que se niegan a sí
mismos.
Es cierto que en cierto momento no logré comprender a Nastya,
el por qué destroza lo más bonito que le ha pasado. Aunque desde luego es uno
de los detonantes para que, dolor a dolor, esta mujer con dieciocho años recién
cumplidos y un futuro en pausa, se enfrente a lo peor de su pasado y empiece a
dejar sitio a la posibilidad de volver a estar entera. Y quizás lista para la
felicidad junto a Josh.
EL MAR DE LA TRANQUILIDAD
KATJA MILLAY
Tapas flexibles con
solapas
446 págs.
Drama y romance
contemporáneos
2015
Título original:
The Sea of
Tranquility
2012
Relación
calidad/precio:
18 pellizcos, los
vale
|
Os recomiendo que toméis esta novela con paciencia y cariño:
os hará conectar con los personajes, os hará sufrir y os hará sentir. No se le
puede pedir nada mejor a un libro.
Babel sin tranquilidad en el horizonte.