Bienvenidos, los curiosos, los amantes de lo maravilloso, los
que se asombran ante el telón a punto de ser levantado. Tras las cortinas de
terciopelo, una caja de Pandora bota de un lado al otro del escenario. Late de
impaciencia por revelar sus tesoros ocultos. ¿O son horrores a punto de ser
arrojados contra la desprevenida humanidad?
EL TEATRO DE LOS PRODIGIOS
Ramón Merino Collado
Como podéis ver, el libro en sí ha pasado por mis depredadoras manos y sufre de un caso de lengüeta aguda. Le sobresalen las ideas como lenguas incapaces del silencio.
SINOPSIS
Desde el asesinato más perfecto jamás concebido hasta cuentos que
involucran al lector en la trama, pasando por grotescos romances virtuales,
relatos que no acaban nunca, grimorios de autoayuda e insolentes
reinterpretaciones de los mitos religiosos. Dramas que les harán reír y
llorar, terror metaliterario, género negro autorreferencial, realismo mágico
de corte clásico, estructuras circulares y arriesgados experimentos que
conjugan ciencia ficción y romanticismo: todo ello anida en estas páginas,
agazapado bajo los focos.De modo que pónganse cómodos, el telón está a punto
de alzarse. Déjense llevar por los embrujos y pesadillas de este espectáculo
erigido sobre la más absorbente prosa…¡Que comience la función!
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Con sumo gusto, y algo de trepidación, os presento una
antología de relatos que fue publicada por la lamentablemente cuasi-desaparecida
editorial Ajec y cuyo autor, Ramón Merino Collado, es un dechado de virtudes
(entre ellas las literarias) lo bastante amable como para permitirme
entrevistarle en mi humilde morada.
ENTREVISTA
¿Cuál es tu relato favorito? ¿El que
menos te gusta? ¿Por qué?
No sabría decirte. En otra entrevista
respondí con el tópico de que preguntarme por mi relato favorito es como
pedirle a una madre que decida entre sus hijos. Pero como no me gusta escurrir
el bulto aflojaré algunos nombres. En mi opinión, uno de los cuentos más
redondos de la antología es Los arquitectos
del infierno, por la milimétrica aportación de los personajes a la historia
y por lo original del planteamiento. Por otro lado, creo que el más literario
es Si en la noche un extraño, un
relato muy cortazariano, mientras que el más divertido de escribir fue Negro caldo primigenio. También estoy
muy orgulloso de Magna Veritas, muy
celebrado entre los amantes de la ciencia ficción. Supongo que cada uno tiene
su punto fuerte; decidir entre un cuento y otro depende del baremo con que los
mida.
En cuanto al relato que menos me
gusta, si tengo que escoger alguno me quedo con Los libros. Es un cuento (o novela corta) que está encantando a los
lectores generalistas, alejados del fantástico. A mí, sin embargo, me parece el
más simple, lo cual no tiene por qué ser malo, pero en algo tengo que basar mi
elección.
¿Qué te ha inspirado cada uno de los
relatos?
Es complicado buscar una inspiración
colectiva, para responder a esta pregunta tendría que diseccionar los relatos
uno a uno, ya que la antología está formada por cuentos dispares, creados en
diferentes momentos de mi vida y con ambiciones literarias distintas. Algunos
orígenes ni siquiera los recuerdo, otros proceden de sueños o de bombillas que
se te encienden en un momento dado, sin un motivo evidente. Unos pocos cuentos tienen
una raíz más definida: Magna Veritas
surgió después de leer a Dan Simmons y César Mallorquí, Los arquitectos tras hojear un libro de Clive Barker en una
librería. En cualquier caso, la idea siempre surge de una chispa que se
enciende cuando menos te lo esperas y que, aunque se inspire en algo anterior
(nada puede nacer de la nada), acabas madurándola y dándole la vuelta lo suficiente
como para que se recicle en algo original.
Yo trato de ser original (salvo
cuando me adentro en terreno de homenaje o de parodias), aunque ignoro si lo
consigo porque para eso habría que leerse todos los libros del mundo. Pero
juego con muchos conceptos al mismo tiempo dentro de la misma narración para
que las posibilidades de innovar sean más acusadas. Me gusta derruir las
barreras que existen entre lectores y lecturas, autores y creaciones, pero
siempre intento romper la cuarta pared con excusas inteligentes, no hacerlo sin
más.
¿De dónde nace el título de la
antología?
Estuve barajando varios nombres, pero
todos mis primeros lectores coincidían en que si algo tenían los cuentos en
común era la capacidad de asombro, el sentido de la maravilla. El teatro de los prodigios me pareció un
nombre apropiado porque aglutina relatos muy dispares a través de ese denominador
común que es el prodigio.
Además, en un principio había pensado
incluir una historia que engarzara todas las demás en un hilo narrativo común,
a la manera de los Cuentos de Canterbury
de Chaucer o el Decamerón de
Boccaccio. Una historia que hablase de un teatro de prodigios (cada cuento
sería una función de ese espectáculo), dividida en dos actos: uno abriendo la
antología y otro al final, cerrándola con una sorpresa. Finalmente desistí de
la idea, más por pereza y falta de
tiempo que por otras razones. El libro, no obstante, mantuvo el título pues me
pareció que, pese a todo, sigue representando bien lo que te vas a encontrar
dentro. Un amigo me sugirió que efectivamente la antología es como un teatro de
variedades, donde los actores interpretan sus papeles para maravillar al
espectador con los meandros de la narración.
(un denominador común... pues me parece una idea redonda, ¿quizás vea la luz en una posible
reedición futura?)
¿Cuánto tardaste en escribir estos
relatos?
He escrito los relatos en diferentes
momentos de mi vida, de modo que en ocasiones han transcurrido años entre la confección
de dos cuentos y otras veces han sido correlativos. Además, como ya sabes, los
relatos son muy distintos entre sí tanto de estilo, género y temática como de
duración: en la antología anidan desde cuentos breves hasta novelas cortas. No
hay, por tanto, un tiempo de creación uniforme para todos los relatos; depende
del tamaño del texto, amén de que el estilo influye también en su construcción
(no es lo mismo un estilo directo que otro más poético). En definitiva: que al
no tratarse de una novela, es difícil de precisar. Lo que sí te diré es que
suelo ser bastante ligero escribiendo, aunque lo compenso con un proceso de
corrección lánguido y casi tormentoso.
¿Dejaste alguno sin incluir en el
lote publicado?
Sí. Remití doce relatos a la
editorial, y el editor escogió nueve. Curiosamente quedaron fuera un relato
premiado en un certamen con solera y otro que está entre mis preferidos, pero
los editores son los que mandan. De cualquier forma, sus opiniones son tan
subjetivas como las de los jurados de los concursos. No puedes pretender que a
todo el mundo le guste lo mismo. Y hay que reconocer que Raúl Gonzálvez, el
editor de Grupo Ajec, tiene buen ojo escogiendo obras (no lo digo por la mía; a
mí me han gustado todos los libros que he leído de Ajec).
(jo, qué pena, espero que surjan por algún lado en algún momento)
Tras leer Magna Veritas, me asaltaron
preguntas. ¿Te has leído la Biblia? ¿Hay algún libro que no te hayas leído?
Supongo que a trozos me la he leído
casi entera. Algunos pasajes siempre han tenido una extraña fascinación para
mí, como el Apocalipsis de San Juan, con toda la simbología peregrina que en él
aparece. Me interesa mucho la mitología, y la Biblia no deja de ser la mayor
obra mitológica de todos los tiempos. Hay enormes similitudes entre el corpus
del paganismo y los relatos bíblicos. No son pocos los pasajes del Antiguo
Testamento que describen a un dios cruel, caprichoso y vengativo, humano y
vanidoso, muy similar a las divinidades grecolatinas.
La Biblia no escapa a la
mitología comparada: el diluvio universal, la creación del hombre a partir de
la tierra, la lucha contra gigantes, el dios que muere o redime y el fin del
mundo son temas recurrentes, patrones comunes a casi todos los mitos,
incluyendo algunos orientales y por supuesto los hebreos. Cristo tiene
similitudes con Osiris, Dioniso, Prometeo y Tamuz, pero no sigo. Lo importante
es que estos mitos, al formar parte del inconsciente colectivo, pueden
explotarse narrativamente, y los nuestros aún más por tenerlos metidos en la
misma médula. Nos guste o no, nuestras raíces y tradiciones son católicas, y
hay mucho que rascar ahí. Me gusta beber de estas fuentes primordiales de
nuestra cultura para hurgar dentro, moldearlas a mi antojo y ofrecer un
producto literario con el que nos sintamos identificados y que pueda
sorprendernos, respetando siempre la fe de los creyentes. Y ya echo el ancla,
que cuando se me pregunta por un tema que me fascina desato la lengua y no hay
quien me frene.
(te entiendo, y me encanta el tema)
En cuanto a si hay algún libro que no
me haya leído, te responderé con la máxima socrática de que apenas he rascado
la superficie de la literatura. La biblioteca de Borges es real y consiste en
el propio mundo, ¡hay tanto por leer y tan poco tiempo! Gracias de todas formas
por el piropo aunque, por lo que he espiado de tu Torre como buen voyeur, creo que podría hacerte la misma
pregunta. ¡Menudo ritmo de lectura, Babel!
(momento sonrojo a lo blancanieves)
¿Qué otras obras tuyas nos
recomiendas o estás forjando en el presente?
Dentro de cuatro meses verá la luz mi
novela La guerra de los sueños, de la
mano de Espiral Ciencia Ficción. Puesto que se trata de una obra de tamaño
modesto (poco más de doscientas páginas), Juan José Aroz me propuso completarla
con otro manuscrito para conferir volumen al libro. Recurrí a una antigua
historia que tenía esbozada pero que necesitaba un lavado de cara
impresionante, así que me puse manos a la obra. Al final me quedó una novela
corta divertida que ocupaba unas cien páginas, por lo que carecía de sentido
que siguiera llamando La guerra de los
sueños al conjunto. Finalmente busqué un vínculo que uniera ambas novelas y
titulé al libro De monstruos y trincheras,
ya que las dos versan sobre conflictos bélicos en ambientes fantásticos. Por lo
demás son muy diferentes: la primera es épica, filosófica y ambiciosa, una
novela coral con múltiples lecturas y personajes, mientras que la segunda es de
corte paródico (remeda el "camino del héroe" de Campbell y está
repleta de clichés premeditados).
(quiero leerla. quiero leerla. quiero... bueno, queda claro)
Por último está mi novela Memorias Paganas, que a mi juicio es lo
mejor que he escrito nunca, al menos desde una perspectiva estilística. Ahora
mismo está reposando a la espera de una última revisión, la cual quiero aplicársela
con la suficiente distancia. No me quiero precipitar con esta obra: con ella
apunto ya a grandes casas.
(ambicioso, yupi)
¿Es difícil publicar?
Esa es una pregunta trampa: si
respondo que es fácil podría resultar pretencioso, si contesto que es difícil
parecería un cenizo, desalentaría a los nuevos y además mentiría. No es difícil publicar,
pero tampoco es un camino de rosas: se precisa una gran paciencia y un esfuerzo
descomunal. Es cierto el tópico de que en literatura, como en tantas otras
áreas, solo se requiere un 10% de talento; el resto es puro deslome, y por más
horas que le eches a la faena escritora, nunca terminas de aprender. Yo me
considero un privilegiado en el sentido de que mi calidad de vida me permite
dedicar mucho tiempo a cultivar el oficio literario, lo cual incluye leer
(muchísimo), documentarte, aprender los vericuetos del idioma (hay aspectos que
ni la RAE controla) y, por supuesto, escribir. Y volver sobre lo escrito, y
tener una papelera a mano para arrojar sin contemplaciones todo aquello que no
nos termine de convencer.
Solo un consejo más para los que
empiezan en esto (si se le permite un consejo a alguien que prácticamente acaba
de empezar): que procuren no precipitarse. Uno de los errores más frecuentes es
terminar un libro y apresurarte a remitírselo a mansalva a las editoriales, y
luego, claro, vienen las negativas y las decepciones. Cabe la posibilidad de
que el libro no sea tan malo como para recibir múltiples rechazos, lo que pasa
es que quizá no esté madurado. Con un poco de trabajo posparto, los textos
ganan un montón. Un gran porcentaje de los escritores dedican mucho más tiempo
a pulir que a la propia escritura (al menos es mi caso, que me considero más
artesano que artista). Pero no me refiero solo a que deba dedicarse mucho
esfuerzo a la corrección, sino a que adquiramos también la suficiente
experiencia (narrativa, lingüística, ortotipográfica, estilística…) como para
que la corrección sea efectiva.
En cualquier caso, y con esto termino
ya todo este rollo, publicar también tiene un alto componente de lotería. Los
editores, no lo olvidemos, están lejos de ser máquinas que determinen
matemáticamente la calidad de un manuscrito. Son personas. Que manejan bien el
idioma y quienes saben qué se cuece en el mundillo y qué historia tiene más
probabilidades de alcanzar el éxito comercial. Pero en el fondo, personas, con
sus gustos, sus preferencias y sus manías.
¿Tus viajes por el mundo han influido
tu escritura? ¿Esta obra en particular?
Sí que lo han hecho, aunque de forma
más bien sutil. Quizá en la obra que más se note sea en Memorias Paganas, pero todas ellas tienen algo de mis correrías. Cuando
ambientas la narración en otras culturas abordas la escritura de forma más relajada,
pues has estado allí y sabes que no vas a cagarla demasiado; pero hay otros
modos menos evidentes de servirte literariamente de tus experiencias aventureras.
Me gusta viajar por mi cuenta; procuro alejarme de los círculos turísticos y explorar
el corazón tras la fachada, las gentes que pueblan los rincones, la verdadera
alma de los lugares visitados. Sea como fuere, viajar siempre enriquece.
Descubres escenarios exóticos que puedes usar en pasajes fantásticos y formas
de vida que te hacen ampliar tu filosofía existencial, muchas veces tan
anquilosada por los cánones occidentales. Todo eso se refleja en mayor o menor
grado en tu literatura.
¿Cómo un profesor de informática y
matemáticas es capaz de manejar el lenguaje con esa maestría y riqueza? ¿Por
qué escribes lo que escribes?
¡Muchas gracias por el cumplido,
Babel! Los escritores que profesionalmente nos
dedicamos al campo de las ciencias, y más concretamente a la informática, no somos
tan raros como parece. Como me dijo hace poco un amigo novelista, es el
síndrome actual del escritor patrio de género. De todas formas yo nunca me he
considerado el típico hombre de ciencias. Lo mío no fue una vocación clara y
exclusiva: a la hora de escoger mis salidas profesionales barajé posibilidades
tan dispares como la literatura, las matemáticas, la veterinaria, las bellas
artes o la arqueología, fíjate qué berenjenal tan heterogéneo. Me interesa
mucho el carácter objetivo de la ciencia, la supuesta verdad inquebrantable que
prescribe la visión matemática del mundo; pero del mismo modo amo profundamente
la subjetividad de las artes, la perspectiva parcial que constituye el
verdadero espíritu de la humanidad. Cerebro y corazón integran un todo
completo, y lejos de enfrentarse se complementan. Me considero científico y
romántico a partes iguales, y el escribir y contar historias lo llevo dentro
desde la noche de mis tiempos.
(dioses, estoy levitando...)
¿Qué estás leyendo?
Acabo de empezar El mapa del cielo, de Félix J. Palma. He leído todos sus cuentos y novelas,
y dentro del género fantástico en castellano me parece la voz más importante de
la actualidad. Es increíble cómo escribe el cabXXX; todavía es joven y sus
libros ya han sido traducidos a tropecientos mil idiomas y salen anunciados en
Times Square, ignoro a qué número de cielo va a llegar este tío. Pero hace ya
tiempo que he dejado de ser fiel a los libros que voy leyendo, ahora me acuesto
con varios a la vez, así que también estoy con El latido de Olimpia, de Manuel Amaro Parrado, y con Abismos, de David Jasso, otros dos
monstruos del tintero.
Tengo preferencia por las novelas
escritas en español. Hay traductores muy buenos, pero en la traducción siempre
se pierden los matices y en última instancia aprecias cómo escribe el
traductor, más que el autor. Con las obras en castellano hay una comunicación
directa entre el escritor y el lector, sin ruido, pérdida ni interferencias.
(yo también he sentido esa diferencia lingüística, qué curioso)
¿Con quién te gustaría hablar de tus
obras?
Ahora mismo contigo. Y no es por
hacerte la pelota, pero a veces escribes de un modo que me obnubila y me
pregunto por qué demonios no te dedicas a la narrativa. Y también me gustaría
hablar de mis obras con los editores de Random House Mondadori, e incluso con
el mismísimo José Manuel Lara Bosch. Puestos a desear, seamos ambiciosos.
(punto 1: mis mejillas acaban de explotar
punto 2: di que sí, la ambición es el nombre comercial del anhelo
profundo de lograr nuestros sueños)
¿Cuál es tu lugar favorito en el mundo?
Esa también es una pregunta de
difícil respuesta. Todos los lugares tienen su encanto, pero supongo que
Oriente me tira más por el exotismo. Hay mucho embrujo en los pueblos de China,
India, Marruecos o Egipto. Aunque en Europa también encuentras rincones fascinantes,
por supuesto: Venecia, Praga, Estambul, Brujas, París, Atenas... Cuando
regresas de estos edenes siempre te dejas allí un pedazo de ti mismo. Pero si
me encajaras una pistola en el pecho y me obligaras a aflojar un nombre, mi
respuesta sería Kioto, en Japón.
¡Gracias por el privilegio, Ramón! :o)
¿Os habéis divertido? ¿Instruido? ¿Asombrado? Yo tengo que responder que sí a todo. Y no os perdáis por el camino, mis queridos arrebatadores, prontito se alzará el telón que revelará la reseña de El Teatro de los Prodigios.
arreglando los focos para el estreno.
9 comentarios:
No conocía el libro ni al autor
gracias por la entrevista y por ayudarnos a conocer mas ^^
Un beso
Cuando te gustan muchas cosas a la vez es lógico llenarlo todo de pegatinas, pero eso le da un toque personal. No conocía el libro, gracias por la información :D Un saludo. Y explícame por favor como funciona lo de la literatura conjunta que no le he entendido
Hola guapa!!!!!
Pues el libro me suena de haberlo visto en algún sitio, aunque no me hagas mucho caso porque mi memoria falla más de lo que debería jajaja
Por otro lado, qué decirte, me pha parecido todo muy interesante, y me ha caído simpático el autor. Si añadimos que el libro me llama... combinación perfecta para leerlo, ¿ni? jeje
Y, maja, vaya tela el empapelamiento al que has sometido al pobre libro jajajajaja
Un besazo!!! ^^
Yo no conocía el libro y ni mucho menos al autor pero la entrevista me ha parecido muy entretenida y el libro tiene buena pinta. ¡Besos!
¡Claro que sí, los de ciencias también leemos y escribimos! xDDD Yo estoy estudiando matemáticas y aún así le dedico muchísimo tiempo a las letras, no son para nada incompatibles, más bien te complementan y aportan un punto de vista diferente (más analítico, pero también una mente abierta).
Muy buena entrevista, Babel!!
Un beso! ;)
Una gran persona Ramón Merino, y un pedazo de libro con el que apunta a cosas grandes. La ficción española está más viva que nunca.
Ainsss mi Babel devoradora, me ha encanado la reseña, de verdad que sí. Me ha parecido una entrevista muy entretenida y completa, y por desgracia para mí ahora tendré que hacerme con este fantástico y teatrero libro. Si es que me corrompes, jajajaja....
Un besote!!
No les conocía, pero veo que te lo has pasado de lo lindo entrevistándole, jajajaja.
Besos!!
Una entrevista interesantísima, Babel. Me ha resultado muy curioso el consejo del autor; es ligeramente distinto de los tópicos a los que estaba acostumbrada. También estoy de acuerdo con él en otros puntos. Y por supuesto, el libro todo un descubrimiento. No lo conocía, pero lo tendré muy en cuenta. Besos!
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