Elegante,
clásica, con capacidad para el humor y la cercanía de los personajes sin faltar
a la atmósfera de la época tan dada al decoro, los protocolos sociales y los
deberes del rango.
Me
encanta la idea de un club para seis supervivientes de las guerras napoleónicas
que se han apoyado y animado a retornar a la vida tras serios traumas físicos y
psicológicos. Dan ganas de conocer a todos sus miembros tan singulares.
En este
libro, le toca el turno a Benedict, lisiado de ambas piernas, retomar las
riendas de un destino truncado. Lo hará a partir de un encontronazo que tiene
mucho de serendipia. Una viuda harta del aislamiento impuesto por una familia
política espartana es la otra protagonista. Lo curioso es que de la antipatía
pasan a una conexión vital gracias al engrasante de los buenos modales.
Descubren que sienten una necesidad de libertad que los une, además de un
celibato que están anhelando romper.
Prometedor,
¿eh? :-D
La
autora juega con el duelo entre supeditarse a la respetabilidad y aprovechar el
momento para vivirlo sin miedo al escándalo. Los personajes parecen siempre
debatirse entre ambas fuerzas, caminando sobre la cuerda floja mientras abren
su corazón, airean sus dudas, comparten anhelos y despiertan una libido
largamente dormida.
La
ambientación es muy doméstica. Tanto el caballero como la dama han perdido su
identidad de algún modo y tratan de reinventarla en busca de un futuro.
Mantienen diálogos animados, a veces traviesos, otras veces emotivos. Me ha
gustado la honestidad con la que se trata la lesión de guerra de Benedict.
Además, ninguno busca matrimonio por razones propias, por lo que su relación se
basa primero en una amistad creciente, puntuada por la sensualidad que poco a
poco se despereza.
Yo disfruto cuando la pareja se dedica a entretenimientos bucólicos como paseos por la playa, bandejas de té y comidas copiosas, carantoñas a una mascota, arreglarse con vestuario para la ocasión o charlas con los vecinos. En la novela vemos diversos ejemplos de esto. Sin olvidar ciertas escenas de intimidad que combinan erotismo y sentimiento.
Por otro lado, la trama nos depara una
sorpresa en los últimos capítulos que sirve de contrapunto de tensión emocional
a la par que da entrada al final feliz para Samantha y Benedict, que semejaba
tan fuera de su alcance. Después de todo, la autora suele conferir una gran
abnegación y capacidad de sacrificio a sus personajes, los cuales tienden
a denegarse la felicidad cuando el deber y las circunstancias parecen
mandar lo contrario. Me ha gustado esa resolución y también la situación tan
singular que atraviesa la pareja protagonista. Una hermosa lectura. Y un final de lo más romántico.
Citas favoritas:He malgastado todos esos años anhelando un pasado que ya se ha ido y que nunca volverá.
Datos de LA HUIDA
Babel ha viajado a Gales y tomado bizcochos de pasas con té.
2 comentarios:
¡Hola! No conocía el libro, pero se ve una lectura interesante, así que quizás le eche un ojo.
Besos :)
Hola :)
Es una autora que me encanta y que hace mucho que no leo. Tengo que animarme de nuevo con ella.
Besos
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